El día de ayer, 27 de junio del 2024, la Presidente Electa Dra. Claudia Sheinbaum nombro a Luz Elena González Escobar como futura Secretaria de Energía de México. Al día de hoy, siguen pendientes los nombramientos de otros dos puestos claves del sector, los Directores de la General de la Comisión Federal de Electricidad y de Petróleos Mexicanos.
Con experiencia en finanzas públicas y alejada propiamente de los discursos, con poca exposición o pronunciamientos sobre el sector, creemos que es una sana elección, pues se encuentra aparentemente lejana de personajes con una marcada ideología previa en el sector. Eso en sí, ya es un elemento que pudiera dejarnos ver una línea de actuación diferente. Dicho perfil combina y no es diferente al plan energético de la Dra. Claudia Sheinbaum, que se centra en impulsar la transición hacia un modelo energético basado en fuentes renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, manteniendo el discurso de 'soberania energetica' aunque con importantes matices que valen la pena resaltar.
Fortalecimiento y expansión de redes eléctricas: Sheinbaum propone ampliar las redes de transmisión para transportar grandes volúmenes de energía. Esto permitiría que la energía eólica generada en Oaxaca alimente a ciudades como Ciudad de México y Puebla, además de integrar plenamente las redes eléctricas de Baja California y Baja California Sur al sistema nacional.
Reducción de participación de los fósiles: Su objetivo es reconfigurar la matriz energética, actualmente compuesta en un 80% por hidrocarburos, para lograr la máxima reducción posible de la participación de los combustibles fósiles al final de su mandato.
Soberanía energética y recursos propios: Sheinbaum busca fortalecer a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como empresas públicas, garantizando precios estables de combustibles y promoviendo el transporte eléctrico. No obstante el discurso, han señalado ya cooperación con inversiones privadas. Veremos la forma de implementarse.
En resumen, su plan se basa en la continuidad de la visión de soberanía y seguridad energética establecida durante los últimos 5 años, pero con un enfoque inclusivo, participativo y de colaboración. Para ello, es necesario resaltar que desde una perspectiva legal ya existe el marco jurídico para implementar mecanismos de colaboración sin que ello vulnere la política de 'soberanía energética'.
Así, es fundamental resaltar que el marco legal vigente contempla mecanismos de colaboración, en la forma de licencias de exploración, subastas eléctricas, asociaciones público-privadas, asociaciones en la construcción 'llave en mano' de redes de transmisión, asociaciones y alianzas en desarrollo de proyectos geotérmicos y nada impide el desarrollo conjunto público – privado de proyectos renovables. Este marco ha estado vigente desde el 2014 pero debido a los intentos de modificación (ahora declarados inconstitucionales), no fueron utilizados los últimos 5 años en perjuicio del desarrollo que la planta industrial energética en México requiere.
Los artículos constitucionales aun reformados en el 2013, han dejado intactos no solo la propiedad exclusiva e inalienable de los recursos petroleros a favor de la Nación, sino también que sea esta la única que pueda operar el sistema eléctrico nacional (transmisión y distribución). Dicho ello, tanto la Ley de Petróleos Mexicanos como la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, permiten ya alianzas bajo los preceptos torales de titularidad estatal que hemos señalado. Seguir inyectando inmensos pero limitados recursos federales a todas las actividades sectoriales en una aparente defensa de lo que de todas formas la Constitución ya reserva a favor del Estado, es un discurso ideológico sin sustento legal y profundamente oneroso. Se distraen recursos cuando se tienen los mecanismos de colaboración sin vulnerar la 'soberanía energética'. Se distraen recursos a fondo perdido, distrayéndolos de otras áreas donde el Estado Mexicano también es soberano como la seguridad pública, educación pública y salud pública. Distintas formas de entender la misma soberanía. O como lo hemos dicho antes, la 'soberanía energética' vulnera a la propia soberanía.
Resumiendo, es imprescindible recalcar que la política de 'soberanía energética' puede alcanzarse con el marco constitucional y federal vigente, pues la soberanía y propiedad exclusiva de la Nación sobre los recursos naturales (en el caso de hidrocarburos) y la capacidad instalada con mayoría Estatal en el mercado (en el caso de electricidad) no se vulneran colaborando con privados con una rectoría del Estado sectorial. Lo que hace falta es decirlo y que la ideología para fines electorales, sea dejada a un lado.
Por el otro lado y no obstante una aparente diferenciación en la forma de implementar la misma ideología de 'soberanía energética', quedan a definir en otros ámbitos temas fundamentales que, sin duda alguna, tienen y tendrán una injerencia directa y toral en el desarrollo no solo de proyectos en el sector energético, sino también en la consolidación de México con país atractivo para inversiones extranjeras. Por supuesto, me refiero a las ya anunciadas reformas al poder judicial, reforma constitucional y eliminación de órganos autónomos.
Entender estas como un proceso ajeno al crecimiento económico de México sería un error fundamental de la nueva administración. Dicho de otra forma, de ser aprobadas, tendrán potencialmente un efecto en la forma en que las inversiones nacionales y extranjeras consideran a México, pero también, en la capacidad de México de cumplir con sus compromisos internacionales bajo la forma de tratados internacionales, que son parte del sistema jurídico al mismo rango que la propia Constitución conforme lo dicta el artículo 133 de la Constitución Federal de México. Eso también es parte de la soberanía nacional.
Finalmente, creemos que es muy temprano para llegar a conclusiones, pero también creo muy positivo el nombramiento de perfiles como el de la futura Secretaria de Energía por las razones aquí explicadas. Estoy seguro que con su capacidad, compromiso, preparación e inteligencia, tanto la futura Presidenta de México como la próxima Secretaria de Energía, tienen claro lo que las reformas legadas pendientes tendrán negativamente al sector que atinadamente dirigirán en beneficio de México.
En todo caso, creo que estas muy incipientes señales son positivas, no porque sepamos como actuaran en el futuro, sino porque peor, era imposible.